Comentario
Las diferentes actividades remuneradas que realizaron las mujeres exiladas en México durante los años cuarenta no trajeron consigo su ascenso ocupacional, pese a que ellas mismas reconocían las ventajas, para conseguir un trabajo, de ser españolas en un país que sobrevaloraba lo extranjero. Las empleadas de comercio siguieron como tales, las maestras de escuela no pasaron a la universidad, las escritoras ejercían su labor creativa a duras penas, etc... Por lo general las mujeres se conformaban con el trabajo que habían logrado, mientras que los hombres de su grupo tenían una movilidad ocupacional ascendente, pues iban consiguiendo mejores trabajos con el paso del tiempo.
La diferente movilidad según el género se explica debido a que las dificultades de promoción profesional eran menores para las mujeres en México. Tampoco ellas aspiraban a tener mejores puestos de trabajo remunerado, pues muchas de ellas lo consideraban secundario, ajustándose a las normas de conducta tradicionales y patriarcales.